La tarde del martes se tornó en una auténtica aventura para un perrito de caza que, por desgracia, decidió explorar un poco más de la cuenta y terminó cayendo en un pozo de entre 15 y 20 metros de profundidad. Este incidente tuvo lugar en una finca privada situada entre Muro y Santa Margalida, donde unos cazadores estaban disfrutando de su jornada.
El dueño del can no podía imaginar el susto que le esperaba cuando su fiel compañero, que estaba a su lado, se precipitó al interior de la cisterna. Los ladridos desgarradores y los lamentos del animal resonaron en el aire, alertando a todos los presentes. Fue entonces cuando el grupo decidió hacer lo correcto y llamaron al 112 para pedir ayuda.
Un rescate lleno de tensión
Rápidamente, los valientes del Parc de Bombers d’Inca se pusieron en marcha. Al llegar a la finca alrededor de las 17:30 horas, comenzaron con el complicado rescate. Con arneses y cuerdas de descenso, los bomberos no perdieron tiempo; uno de ellos se atrevió a bajar hasta el fondo del pozo para recuperar al pequeño héroe.
Afortunadamente, después de cerca de una hora llena de nerviosismo pero también esperanza, lograron sacar al perrito sano y salvo. El animal había resistido como todo un campeón y no presentaba ningún daño serio. La imagen del bombero levantándolo suavemente entre sus brazos fue sin duda un momento conmovedor.
Aunque inicialmente se contempló la posibilidad de que el perro hubiera sido lanzado intencionadamente al pozo —algo lamentablemente habitual con animales mayores— esta sospecha se disipó rápidamente ya que su dueño estaba presente y fue quien pidió ayuda. En definitiva, este rescate nos recuerda la importancia de cuidar a nuestros amigos peludos.

