Este viernes amanecía en Palma con un ambiente tranquilo, hasta que se escuchó la noticia que nadie quería oír. Una menor, de entre cuatro y siete años, perdió la vida tras ser atropellada mientras paseaba con su familia por la calle Can Caimari, justo en el cruce con Carrer Bailen. El fatídico momento ocurrió frente a una conocida carnicería, un lugar donde las risas y charlas suelen llenar el aire.
Un accidente devastador
El conductor de un vehículo, al parecer un hombre mayor, habría perdido el control del coche y terminó subiendo a la acera. En un abrir y cerrar de ojos, varias personas fueron arrolladas. A pesar de los esfuerzos del equipo médico del 061, no pudieron salvar a la pequeña. La angustia se apoderó de su madre y abuela, quienes también resultaron heridas en este horrible accidente.
Mientras tanto, la Policía Nacional y Local se encontraban en el lugar para investigar lo ocurrido. Se activó incluso a un grupo de psicólogos para brindar apoyo emocional a los afectados. Es desgarrador pensar que una familia iba simplemente rumbo al campo de fútbol del Collerense cuando todo cambió drásticamente.
A medida que los testigos comenzaban a relatar lo sucedido, muchos vecinos expresaban su preocupación por esta zona. Al parecer es uno de esos puntos negros donde los coches circulan como si no hubiera un mañana, sin considerar que muchas familias cruzan diariamente con niños pequeños. No es solo una cifra más; es una vida arrebatada.
El conductor fue sometido a una prueba de alcoholemia que dio negativo. Sin embargo, queda la pregunta en el aire: ¿qué pasó para llegar a este trágico desenlace? En medio del dolor colectivo por esta pérdida irreparable, nos queda reflexionar sobre cómo podemos evitar que esto vuelva a ocurrir.

