La madrugada del pasado martes, alrededor de las 04:40, se convirtió en un verdadero espectáculo de locura en las calles de Son Gotleu. Tres jóvenes decidieron que era buena idea robar un coche y salir a dar una vuelta, sin pensar ni por un segundo en las consecuencias. Pero no contaban con que la Policía Nacional estaba al acecho, realizando su labor habitual de prevención.
Todo comenzó cuando los agentes divisaron un vehículo con matrícula italiana que circulaba sin luces. Sin pensarlo dos veces, se acercaron para interceptarles. ¿Y qué hicieron estos chicos? En lugar de detenerse, salieron disparados como si les persiguiera el diablo. Los policías no tardaron en alertar a sus compañeros y así comenzó una persecución digna de película.
Un final inesperado
El coche iba a toda velocidad hacia Marratxí, desafiando todas las señales de tráfico. Pero pronto se dieron cuenta de que la huida no les llevaría lejos. Al ver que las patrullas estaban cada vez más cerca, decidieron regresar a Son Gotleu. Fue allí donde la situación se volvió más complicada: dos de ellos saltaron del vehículo y uno agredió a los agentes mientras intentaban detenerlo. ¡Qué valentía!
Uno de los policías resultó herido en la rodilla durante el forcejeo, mientras que otro agente localizó al copiloto escondido bajo una furgoneta cercana; pero este último decidió rendirse sin oponer resistencia. Finalmente, tras conseguir atrapar a dos de los implicados, la Policía descubrió que el coche había sido robado.
Como resultado de esta aventura nocturna llena de imprudencia y violencia, uno fue arrestado por hurto y agresión a la autoridad; el otro por resistencia y uso del vehículo robado. Un claro ejemplo de cómo tirar por la borda oportunidades con decisiones equivocadas. A veces parece que olvidamos lo sencillo que es hacer las cosas bien.

