En un giro inquietante de los acontecimientos, un hombre de nacionalidad argelina ha pasado de ser arrestado por agredir a otro a convertirse en el protagonista de un robo violento, todo en menos de 48 horas. La historia comienza un sábado, cuando la Policía Nacional recibe una llamada sobre una pelea en un centro donde estaban alojados ambos hombres. Al llegar, se encuentran con un trabajador que actúa como traductor y desvela lo ocurrido: el agresor había robado ropa al otro interno. La discusión se tornó violenta y terminó con el agredido sufriendo una fractura en la nariz y el pómulo, además de perder un diente. Una situación lamentable que culminó con la detención del sospechoso.
El desenlace inesperado
Pero aquí no acaba la historia. Tras ser liberado al día siguiente, este hombre decidió seguir su camino delictivo. Mientras tanto, otra víctima paseaba despreocupadamente por la calle Manacor cuando decidió hacer una pausa para orinar. En ese instante, sin previo aviso, recibió un puñetazo que lo derribó al suelo. Allí fue objeto de una brutal paliza mientras le robaban su móvil, una pulsera de oro, un reloj valorado en 4.000 euros y su cartera con documentación y 350 euros en efectivo.
Este nuevo ataque hizo sonar las alarmas entre las patrullas de Policía Nacional que rápidamente fueron alertadas. Tras hablar con el agredido y recoger su descripción del atacante, comenzaron a buscarlo por los alrededores. Y ¡sorpresa!, no tardaron mucho en encontrarlo escondido con todos los objetos robados.La historia se repite: detenido como presunto autor de robo con violencia.
Finalmente, ya bajo custodia policial, los agentes descubrieron que este individuo había sido arrestado apenas unas horas antes por sus fechorías anteriores. Ahora deberá enfrentarse a la justicia nuevamente; esta vez le espera prisión provisional mientras se resuelven los cargos en su contra.

