Este viernes por la mañana, el silencio habitual del puerto de Maó se rompió con un estruendo. Un tramo de 20 metros de la Costa des Muret se ha derrumbado, cayendo directamente sobre las instalaciones de la emblemática fábrica de ginebra Xoriguer. Las primeras luces del día encontraron a dos trabajadoras alarmadas que, al ver lo sucedido, no dudaron en avisar a los bomberos.
Cuando estos llegaron a la escena poco después de las siete, el panorama era desolador. Las autoridades municipales han apuntado que una posible fuga en una tubería pudo ser el detonante. Este problema, sumado a las recientes lluvias, ablandó el terreno y provocó que el pavimento y el muro de contención —hecho con bloques de marès— no aguantaran más.
El impacto y las consecuencias
El derrumbe arrastró consigo toneladas de tierra y piedras, dejando todo un almacén cubierto bajo los escombros. Afortunadamente, no hubo que lamentar daños personales entre los trabajadores; sin embargo, esto ha llevado a paralizar temporalmente la actividad en la planta.
En estos momentos, nadie puede entrar al interior mientras el arquitecto municipal colabora con los bomberos para evaluar qué medidas tomar. Es curioso pensar que esta zona lleva cerrada más de veinte años esperando una intervención para consolidar el cantil. En 2009 se prometieron tres millones de euros por parte de la Autoridad Portuaria para arreglarlo… pero como tantas cosas en este país, quedó solo en palabras vacías.
No podemos dejar de reflexionar sobre lo ocurrido: ¿hasta cuándo vamos a permitir que nuestras infraestructuras se deterioren así? La Costa des Muret nos muestra una vez más que tirar recursos económicos a la basura solo trae problemas. Esperemos que esta vez sea diferente y realmente se tomen cartas en el asunto.

