La noche de ayer se tornó caótica en las calles de Manacor cuando varios agentes de la Policía Local se vieron obligados a intervenir en una pelea que, según testigos, era todo menos tranquila. Cuatro familiares, aparentemente sin papeles y con ganas de liarla, estaban destrozando vehículos aparcados mientras la discusión alcanzaba niveles alarmantes.
Un intento fallido de calmar los ánimos
Cuando las patrullas de la Unidad Nocturna (UNOC) llegaron al lugar, lo que pensaban sería un simple aviso se convirtió en una batalla campal. Los agresores no solo se negaron a escuchar, sino que también decidieron atacar a los policías. El resultado fue desastroso: dos agentes acabaron con mordeduras y otros dos tuvieron que ser trasladados a un hospital por moratones y heridas causadas por esta familia tan violenta.
Finalmente, estos individuos fueron detenidos bajo la acusación de atentado contra la autoridad. Y lo peor es que, además de su comportamiento agresivo, ya estaban siendo investigados por estar en situación irregular. Una noche para olvidar para algunos y una muestra más del caos que puede surgir cuando el diálogo se convierte en gritos.

