En un rincón de Es Mercadal, Menorca, un perro estaba sufriendo en silencio. Fue el pasado lunes 24 de noviembre cuando los agentes de la Guardia Civil recibieron un aviso que cambiaría la suerte de este can. Una protectora de animales había alertado sobre un perro en condiciones verdaderamente deplorables en la playa S’Era.
Al llegar al lugar, los efectivos del Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) se encontraron con una escena desgarradora. Un mestizo macho estaba atado con una cadena metálica, su cuerpo reflejaba el abandono total: extremadamente delgado, con unas condiciones higiénico-sanitarias que dejaban mucho que desear. Además, el pobre animal estaba rodeado de basura y objetos cortantes, como si su sufrimiento no tuviera fin.
La intervención necesaria
No perdieron tiempo; la Benemérita actuó rápidamente y retiró al perro para garantizar su seguridad y bienestar. Con gran cuidado, lo trasladaron a una clínica veterinaria donde ahora está bajo la custodia del Ajuntament de Es Mercadal. La historia no acaba aquí, ya que las autoridades han decidido investigar al hombre responsable por este presunto delito de abandono. ¿Cómo es posible que alguien pueda dejar a un ser vivo en esas condiciones? Nos preguntamos todos.

