En s’Arenal, por fin se ha hecho justicia. La temida autocaravana, que había sido okupara un auténtico hervidero de problemas, ha sido retirada del antiguo campo de fútbol Antoni Roses. Este vehículo, que un hombre alemán dejó abandonado, se transformó en un verdadero quebradero de cabeza para todos los vecinos.
La situación se tornó insostenible cuando una pareja de toxicómanos decidió instalarse allí. Los relatos de los vecinos son escalofriantes: robos, miedo y una sensación generalizada de inseguridad que no se podía ignorar más. Ante la desesperación y la falta de acción, los residentes comenzaron a alzar la voz, organizando protestas y llamando a medios locales para hacer visible su problemática.
Una lucha vecinal que dio frutos
Después de meses presionando, por fin llegó la respuesta judicial. Un juez dictó una orden de alejamiento contra los okupas y, como si fuera poco, la Guardia Civil detuvo a ambos: un hombre rumano y una mujer española que actuaban en complicidad para cometer robos con violencia.
A pesar de que la policía había precintado el lugar en varias ocasiones, algunas personas seguían haciéndose con el control del espacio. Pero gracias a las gestiones realizadas por las autoridades competentes y la intervención de una empresa especializada en reciclaje, esa caravana ya es historia.
Desde la Asociación de Vecinos de s’Arenal respiran aliviados tras esta larga batalla, aunque no dejan pasar la oportunidad para solicitar ayuda al Ayuntamiento: «Hay que adecentar el solar porque está lleno de escombros y el pavimento es peligroso». Alertan que si esto no se resuelve pronto, el lugar podría convertirse nuevamente en un refugio para este tipo de vehículos. La comunidad sigue atenta; ¡no permitirán que su hogar vuelva a ser escenario del caos!

