La historia que nos llega desde Palma es verdaderamente conmovedora y, al mismo tiempo, indignante. Un hombre ha sido condenado a un año y 10 meses de cárcel por realizar tocamientos a la pequeña hija de su compañero de trabajo, una niña que apenas tenía ocho años. Este miércoles, en el juicio celebrado en la Audiencia Provincial, el acusado no tuvo más remedio que aceptar su culpabilidad por un delito de abusos sexuales y otro de exhibición de material pornográfico. Además, ha indemnizado a la víctima con 6.000 euros como compensación por el daño causado.
Un día fatídico en la casa familiar
Los hechos ocurrieron aquel 26 de junio del 2021, cuando este individuo se encontraba conviviendo con los padres de la niña. Aprovechando un momento en el que ella estaba sola viendo la tele, se acercó con la intención perversa de mostrarle vídeos pornográficos. ¡Imagínate! La niña intentó negarse, pero él no se detuvo ahí. En un acto despreciable, comenzó a tocarla por encima del pijama y hasta trató de forzarla a masturbarlo.
A pesar del miedo e incomodidad que sintió la menor, el agresor le exigió que mantuviera silencio sobre lo ocurrido antes de marcharse como si nada hubiera pasado. Desde entonces, esta pequeña ha estado lidiando con consecuencias devastadoras: pesadillas aterradoras, pensamientos oscuros sobre hacerse daño e incluso una necesidad desesperada por estar cerca de su madre para sentirse segura. Ha requerido atención psicológica para intentar sanar las heridas profundas que dejó este acto cruel.
A raíz del caso, un juzgado prohibió al condenado acercarse a menos de 300 metros del hogar o lugar donde estudia la víctima. Sin embargo, el tribunal decidió suspender su pena con condiciones: deberá mantenerse alejado del delito durante los próximos cinco años y asistir a un curso sobre educación sexual. Una decisión que deja sabor agridulce entre quienes han seguido esta historia tan dolorosa.

