La tranquilidad ha vuelto a las calles de Sant Lluís, en Menorca, tras la detención del individuo que durante más de dos años había sembrado el miedo entre sus habitantes. Este pirómano, cuya acción incendiaria se tradujo en la quema de 44 contenedores y otros elementos públicos, fue finalmente arrestado gracias a una colaboración eficaz entre la Guardia Civil de Maó y la Policía Local.
Todo comenzó en abril del 2024, cuando las autoridades empezaron a investigar una serie de incendios provocados por un mismo autor. Aquel hombre dejó tras de sí daños que alcanzan los 35.000 euros. Aunque parecía que su actividad había cesado temporalmente, en febrero volvió con fuerza, iniciando hasta once nuevos fuegos, causando nuevamente estragos.
Un método siempre recurrente
Este pirómano italiano, ya entrado en años, tenía un modus operandi claro: usaba dispositivos incendiarios caseros colocados dentro de los contenedores o papeleras. De este modo, lograba que el fuego se propagara rápidamente, incrementando el daño y la alarma social.
A raíz de estos incidentes constantes, que obligaban a los bomberos a actuar sin tregua y perturbaban tanto la circulación como la vida cotidiana de los vecinos, se formó un equipo multidisciplinar para abordar esta problemática. El pasado lunes 24 de noviembre, finalmente se logró capturar al responsable mientras residía en Sant Lluís.
El hombre fue llevado ante el Juzgado de Guardia del Partido Judicial de Mahón bajo la acusación grave de provocar incendios intencionados y causar daños continuos. Al fin podemos respirar tranquilos; Menorca cierra un capítulo oscuro con esta detención.

