El pasado domingo, la Policía Nacional se encontró con un escenario desgarrador en un piso de Palma. Un hombre fue arrestado después de agredir salvajemente a su pareja, dejándola gravemente herida. La escena no podía ser más impactante: los agentes llegaron al lugar tras recibir una llamada que alertaba sobre una acalorada discusión en las escaleras de un edificio. Cuando accedieron, se encontraron con una mujer en el suelo, luchando por respirar mientras la sangre manaba de su boca.
Una noche aterradora
Los policías, rápidos y atentos, actuaron de inmediato. Colocaron a la víctima en posición lateral para evitar que se ahogara. Mientras aguardaban la llegada de los servicios sanitarios, no podían dejar de pensar en lo que había sucedido allí. La joven presentaba cortes graves y sospechas de fractura nasal; el panorama era desolador.
Al mismo tiempo, el agresor estaba allí cerca, junto a ella, con un bote de cristal roto a sus pies y sin mostrar ninguna voluntad de colaborar con los agentes. Su única respuesta fue confirmar que eran pareja. Sin embargo, varios vecinos habían sido testigos del horror; uno incluso relató cómo había escuchado llantos y golpes durante la discusión.
Este tipo de situaciones nos recuerdan lo vital que es no mirar hacia otro lado ante la violencia de género. Al final, este hombre fue detenido bajo la acusación de lesiones relacionadas con este tipo de violencia. No podemos permitir que estos episodios sigan ocurriendo como si nada.

