La historia de Edisson Ramiro Hernández, un colombiano que vive en Palma, nos recuerda cómo un instante puede cambiarlo todo. Era finales de febrero y su vida parecía ir viento en popa. Tenía un trabajo estable y estaba a punto de dar un salto profesional, pero el 27 de febrero, a eso de las 19:00 horas, todo se torció. Caminaba con su patinete y al cruzar un paso de peatones en Son Fusteret, un coche lo arrolló.
Ese día, el conductor no solo había estado imprudente; dio positivo en alcohol. Edisson sufrió una rotura del peroné y tuvo que pasar por quirófano, dejando sus sueños a medio camino. “Me atropellaron, el seguro me indemnizó y ahora el juzgado dice que tuve la culpa”, lamenta entre frustración y dolor.
Un laberinto judicial sin salida
A pesar de que la Policía Local le otorgó más de 20.000 euros tras el accidente, un informe posterior de la Guardia Civil señala que él sería el responsable del incidente. “Dicen que los patinetes no pueden circular ahí, pero esa zona forma parte de una ciclovía marcada”, explica Edisson con incredulidad.
Su abogado ya ha apelado esta decisión ante la Audiencia de Palma porque según las ordenanzas del Ajuntament, allí pueden circular peatones, ciclistas y sí, también patinetes. Él mismo había estado usando ese recorrido durante meses para ir a trabajar cerca de Makro sin problemas.
Recuerda con angustia cómo aquel coche venía a toda velocidad: “Lo vi venir desde lejos y retrocedí un poco. Cerré los ojos pensando en mi familia… Creí que iba a morir”. El conductor incluso estuvo a punto de huir después del impacto; solo se detuvo porque perdió una llanta del golpe.
Casi siete meses después del accidente sigue lidiando con secuelas físicas en cuello y espalda; no ha podido volver al trabajo y está esperando noticias sobre si debe devolver la indemnización que recibió. “No quiero hundir a nadie, solo busco justicia”, afirma con determinación.
A pesar del dolor físico y emocional, mantiene una actitud optimista respecto al futuro laboral: “Quiero sentirme útil. He pedido trabajos que no requieran mucho esfuerzo físico porque todavía tengo limitaciones”. Su deseo es claro: no busca dinero fácil ni venganza; quiere recuperar su vida antes del accidente.

