La semana pasada, un hecho violento sacudió el barrio de Son Gotleu, en Palma. Un joven, originario de Argelia, ha sido detenido por agredir a otro chico con un destornillador, un cuchillo y una piedra. La Policía Nacional actuó rápido tras recibir la denuncia de la víctima, quien relató cómo su vida se convirtió en una pesadilla.
Todo comenzó el 18 de septiembre, cuando este joven estaba paseando con un amigo por las calles del barrio. Sin previo aviso, el agresor le atacó con un destornillador. El chico no podía creer lo que estaba sucediendo; recibió heridas en su costado izquierdo, brazo y espalda. Y lo más aterrador es que esto no fue un episodio aislado; ya habían tenido roces previos.
La escalofriante secuencia de ataques
El 21 de septiembre, apenas días después del primer ataque, ambos se encontraron nuevamente y el agresor le soltó un puñetazo en la cara sin pensarlo dos veces. Pero eso no fue todo. Cuatro días más tarde, mientras disfrutaba de una bebida en la terraza de un bar local, sufrió otro ataque: esta vez fue con un cuchillo. Por suerte logró defenderse utilizando su antebrazo para bloquear el golpe.
Aún así, el peligro seguía acechándolo y recibió una cuchillada que impactó contra su riñonera; afortunadamente se rompió antes de hacerle daño severo. Sin embargo, al caer al suelo desorientado, vio cómo su atacante agarraba una piedra y comenzaba a golpearlo repetidamente en la cabeza hasta que varios ciudadanos decidieron intervenir.
El agresor logró huir mientras que la víctima tuvo que ser llevada a un centro médico donde le pusieron puntos y curaron sus heridas. La policía no tardó mucho en actuar; gracias a sus investigaciones detuvieron al autor del ataque el pasado miércoles por intento de homicidio y lesiones. Este tipo de incidentes nos hacen reflexionar sobre la violencia cotidiana a la que están expuestos algunos jóvenes hoy día.

