En Mallorca, la lucha contra el tráfico de drogas ha dado un giro inesperado. La operación más ambiciosa hasta la fecha se ha puesto en marcha, con Stefan Milojevic en el centro del huracán, un hombre señalado como el cabecilla de una red que ha sembrado el caos. Con su detención en agosto, comenzó una serie de eventos que han dejado a muchos boquiabiertos.
La batalla legal se intensifica
La Fiscalía no está dispuesta a dar su brazo a torcer. En medio del revuelo, han salido al paso para defender la legalidad de esta macro operación antidroga que mantiene tras las rejas no solo a Milojevic, sino también al abogado Gonzalo Márquez y al inspector Faustino Nogales, entre otros. Las defensas intentan encontrar una rendija por donde colar su argumento: sostienen que los plazos de instrucción caducaron en junio de 2024. Sin embargo, este planteamiento fue desechado rápidamente por la Audiencia Provincial.
El fiscal superior, Julio Cano, junto al teniente fiscal Adrián Salazar —quien ha estado al pie del cañón durante toda la instrucción— defendieron con uñas y dientes cada paso dado por el Ministerio Público. Argumentaron que los delitos seguían cometiéndose y que aún después de solicitar prórrogas dentro del plazo adecuado se incautaron importantes cantidades de droga.
Con casi medio centenar de investigados tras las rejas y pruebas contundentes sobre sus espaldas, las defensas se aferran a cuestiones procesales como último recurso. La decisión ahora recae en la Audiencia, mientras que otras apelaciones siguen dando vueltas por los juzgados sin resolverse.
A medida que avanza este proceso judicial, queda claro que no será fácil para nadie salir ileso. Y aunque esta es solo la primera vista desde que se levantó el secreto del caso, ya hay un aire tenso en el ambiente; todos saben que la sombra de la nulidad sigue acechando cada movimiento.

