La historia se repite en las calles de Palma, y no precisamente para bien. Un joven español de 32 años ha sido condenado a una multa de 720 euros tras reconocer su culpabilidad en un juzgado de lo Penal. Su delito: masturbarse delante de dos menores, cerca de un colegio muy conocido en la capital balear.
Este no es el primer capítulo de esta desagradable novela. De hecho, el mismo individuo ya había sido sentenciado en enero a seis meses de prisión por comportamientos similares en s’Arenal. A pesar del alarmante patrón, su defensa logró un acuerdo con la Fiscalía antes del juicio, que originalmente pedía ocho meses tras las rejas.
Un encuentro inquietante
Los hechos ocurrieron el pasado 19 de diciembre, alrededor de las 11:00 horas, en la zona de Plaza de Toros. Dos alumnas del centro educativo cercano salieron a la calle y se encontraron con el procesado escondido junto a un garaje, exhibiéndose mientras las observaba. El joven incluso se atrevió a seguirlas durante unos instantes, instándolas a acercarse sin dejar de tocarse.
Afortunadamente, las chicas compartieron lo sucedido con sus familias, quienes decidieron dar el paso y denunciarlo. La Policía Nacional no tardó en actuar y arrestar al sospechoso, cuya cara ya era conocida debido a otro incidente similar que había tenido lugar meses atrás.
Es preocupante pensar que alguien pueda actuar así impunemente y más aún que este tipo vuelva a las calles tras recibir una condena por hechos tan graves. ¿Qué nos está diciendo esto sobre nuestra sociedad? Hay mucho por reflexionar.

