La historia comenzó el pasado 11 de noviembre, cuando la Policía Nacional llevó a cabo un rescate que dejó a todos con el corazón en un puño. Una patera, con 18 personas a bordo, fue localizada en la costa de Balears, justo al suroeste de la isla de Cabrera. La noticia no solo impactó por el número de inmigrantes, sino porque muchos de ellos no sabían nadar.
Este grupo, compuesto por individuos provenientes de Camerún, Mali, Chad y Sudán del Sur, se embarcó en una aventura llena de incertidumbres y peligros. Y aquí es donde entra en juego el joven sudanés que patroneaba la embarcación. Este hombre ha sido arrestado y se enfrenta a serias acusaciones por favorecer la inmigración irregular. Así lo decidieron las autoridades judiciales que han ordenado su ingreso en prisión.
Condiciones deplorables y falta de seguridad
Los agentes del Grupo uno de UCRIF, parte de la Brigada Provincial de Extranjería y Fronteras, tomaron las riendas de la investigación. Tras indagar sobre los hechos, lograron identificar al patrón y proceder a su detención. ¿Las razones? Las condiciones en las que viajaban estas personas eran simplemente inaceptables: la patera estaba sobrecargada, carecía de chalecos salvavidas para todos sus ocupantes y muchos no tenían idea sobre cómo flotar o nadar.
Aparte, esta embarcación contaba con un motor apenas funcional y unos pocos bidones de gasolina para hacer frente a una travesía incierta. Sin suficiente comida ni agua para sobrevivir más allá del rescate, quedó claro que este viaje era una auténtica ruleta rusa.
No podemos evitar preguntarnos: ¿hasta cuándo seguirán ocurriendo estas situaciones? En un mundo donde nos multan si salimos sin seguro o chalecos salvavidas incluso para navegar unas horas, resulta inaceptable ver cómo algunos tiran por la borda las vidas humanas así como así.

