Era una noche del 18 de marzo de 1989, cuando el aire fresco de Palma se vio repentinamente invadido por el horror. Un operario argentino, Mario Ricardo Zarzeki, trabajaba sin descanso en los bajos de la famosa Casa Suecia, un edificio que solía albergar a turistas escandinavos. Lo que debía ser una rutina más se convirtió en un verdadero infierno tras una explosión devastadora.
Un desastre inesperado
Todo ocurrió porque Mario, en plena tarea de barnizado y rodeado de velas debido a la falta de electricidad, no pudo evitar que una llama encendida alcanzara el material inflamable. En cuestión de segundos, el fuego devoró todo a su paso y el humo comenzó a extenderse por los 25 apartamentos del inmueble. Allí estaban esos turistas, desprevenidos y ajenos al peligro que acechaba.
El caos se desató. Muchos intentaron escapar asustados mientras otros, atrapados entre las llamas y la desesperación, improvisaron cuerdas con sábanas para descender al vacío. Sin embargo, no todos tuvieron la misma suerte. La sueca Grace Rose Marie Brigitta Pryts y el matrimonio finlandés formado por Pertti Hokkanen y Elly Tammy junto a su hija Eva Lisa fueron víctimas inocentes del humo tóxico que llenó sus habitaciones mientras dormían.
Aquel fatídico incendio se cobró cinco vidas; entre ellas, la de Mario, quien quedó atrapado en los bajos donde todo había comenzado. Su historia es solo una más entre las muchas que resonaron aquella noche en El Terreno.
Las unidades de bomberos y ambulancias llegaron rápidamente al lugar para intentar controlar lo incontrolable. Uno de los policías que estaba allí incluso decidió ignorar su propia salud tras intoxicarse gravemente para seguir ayudando a desalojar a quienes aún estaban dentro.
Casi cuarenta años después, los vecinos recuerdan aquel trágico suceso como si hubiera sido ayer. Aquella madrugada llena de gritos y desesperación sigue viva en sus memorias, recordándonos lo frágil que puede ser la vida.

