Era una noche cualquiera en Palma, cuando la tranquilidad del Passeig Sagrera se vio interrumpida por un incidente que dejó a más de uno boquiabierto. Una mujer, española y sin aparentes remordimientos, decidió que lo mejor era intentar robar un perro. Pero lo que parecía ser un simple robo se convirtió en una serie de agresiones que alteraron el ambiente de sa Llonja.
Los hechos sucedieron pasada la medianoche del viernes. Los vecinos no tardaron en alertar a la Policía Nacional, quienes recibieron el aviso de una mujer problemática abriendo taxis y causando disturbios. Así fue como una patrulla del Grupo de Atención al Ciudadano se lanzó rápidamente hacia el lugar para poner orden.
Un intento fallido de robo
A medida que los agentes llegaban, varios testigos comenzaron a narrar la historia: la mujer había intentado arrebatarle a un hombre su querido perro. Al darse cuenta de la presencia policial, pensó que podía escapar, pero fue interceptada al instante. Los policías se acercaron al hombre afectado, quien estaba claramente asustado y temblando mientras relataba cómo esta mujer había agarrado la correa del animal y le había dado un puñetazo.
No solo eso; otros peatones también habían visto cómo la situación escaló rápidamente. Uno de ellos se atrevió a acercarse y contarles que después de soltar la correa, ¡la agresora no dudó en volver a atacarlo! Un verdadero espectáculo indeseable. Además, otra transeúnte informó a los agentes sobre el comportamiento violento de la detenida; había golpeado incluso a personas mayores en esa misma zona antes de ser atrapada.
Aunque algunos heridos habían desaparecido del lugar antes de poder recibir atención médica, lo cierto es que todo esto deja una pregunta flotando en el aire: ¿qué nos está pasando? Es inquietante pensar que hay quienes piensan que pueden actuar con impunidad.

