Cuatro años. Cuatro largos años de angustia es lo que ha tenido que soportar una joven vecina de una finca en Palma, víctima del acoso constante de un vecino. Una situación que, lejos de resolverse, ha ido escalando hasta convertirse en un verdadero calvario. La historia dio un giro cuando, tras numerosos episodios inquietantes y la valiente decisión de la joven de denunciarlo, los agentes de la Policía Nacional lograron arrestar al hombre, un español que parece haber hecho del hostigamiento su pasatiempo.
Un tormento sin fin
Todo comenzó en 2021. Desde ese momento, el acosador no se detuvo ante nada; empezó a enviarle mensajes a diestro y siniestro y a bombardearla con llamadas. ¿La respuesta de ella? Silencio absoluto. Pero esto no hizo más que avivar sus locuras. En poco tiempo, dejó regalos extraños como coronas de bisutería y llaveros en su coche y frente a su puerta. Lo más surrealista llegó tras uno de sus viajes: regresó para encontrar churros abandonados en su umbral. ¿Es esto amor o simplemente locura?
La angustia fue creciendo cuando la joven supo por una vecina que el hombre había estado escuchando conversaciones detrás de la puerta durante días. Imagínate tener esa sensación constante de ser vigilado… Un horror. Y el colofón llegó cuando un día se encontró con él paseando por el edificio con un hacha en mano. En ese instante, todos los temores se tornaron realidad; vivir con miedo e incertidumbre es algo que nadie debería experimentar.
Afortunadamente, después de las investigaciones pertinentes por parte del Grupo de Policía Judicial, identificaron al sospechoso y procedieron a su arresto por acoso. Finalmente se hace justicia para esta joven valiente que decidió alzar la voz frente al terror cotidiano.

