En una calurosa tarde del pasado martes, la tranquilidad de Portitxol se vio alterada por un suceso que nos recuerda la cruda realidad del tráfico de drogas. La Policía Nacional, siempre alerta en su labor, detuvo a un hombre de nacionalidad colombiana que parecía estar en el lugar equivocado y haciendo lo incorrecto. Todo comenzó cuando una patrulla del Grupo de Atención al Ciudadano notó a dos jóvenes actuando de manera extraña dentro de un coche; sus movimientos nerviosos no pasaron desapercibidos para los agentes.
Un hallazgo inquietante
Casi como sacados de una película, los policías se acercaron al vehículo y descubrieron material que apuntaba a actividades ilícitas. Uno de los jóvenes fue registrado y ¡vaya sorpresa! Encontraron tusi escondido entre sus pantalones. Pero eso no fue todo; al revisar su mochila, apareció un arsenal: más de 100 pastillas entre tusi y ketamina, además de una jugosa suma de 775 euros.
El otro individuo tampoco salió bien parado; aunque intentó justificar que el tusi que llevaba en su cartera era solo para uso personal, la policía le confiscó la droga y le impuso una denuncia administrativa. Sin embargo, para nuestro protagonista principal, las cosas tomaron un giro inesperado: su cantidad era tan alarmante que terminó detenido por un presunto delito de tráfico de drogas.
A veces parece que estamos tirando a la basura las oportunidades en nuestra juventud. ¿Qué futuro les espera a estos chicos? Reflexionemos sobre ello.

