Este sábado por la mañana, a eso de las siete menos cuarto, la tranquilidad de la carretera de Andratx se vio interrumpida por un terrible accidente. Dos coches, un Renault Clio y un Kia Sportage, chocaron de frente tras una maniobra imprudente. El Clio, que circulaba en dirección contraria, invadió el carril opuesto y terminó destrozando la parte delantera de ambos vehículos. A pesar del impacto brutal, uno de los ocupantes salió ileso.
Una carrera contra el tiempo
Los heridos, tres jóvenes con múltiples contusiones, fueron trasladados rápidamente a varios hospitales mientras los servicios de emergencias respondían al llamado que alertó sobre el choque. La carretera quedó cortada para permitir que los bomberos y ambulancias realizaran su trabajo sin obstáculos. El panorama era desolador: los coches quedaron abandonados en mitad de la calzada, como si estuvieran tirados a la basura.
Pero eso no es todo. Los agentes de la Guardia Civil no tardaron en llegar al lugar y realizaron las pruebas pertinentes a los conductores involucrados. El resultado fue claro: el joven al volante del Renault Clio dio positivo en alcohol. Esto ha llevado a las autoridades a abrir una investigación para esclarecer lo sucedido y determinar cómo es posible que alguien ponga en riesgo no solo su vida sino también la de otros por una noche de excesos.
Al final del día, más allá del caos generado y las retenciones posteriores al accidente, nos queda reflexionar sobre lo frágil que puede ser nuestra seguridad cuando algunos deciden ignorar las normas básicas para conducir. En esta historia hay víctimas y lecciones que aprender.