Imagina un funcionario del Ajuntament d’Alcúdia que, entre las sombras de su oficina, ha estado empadronando a 483 personas en menos de dos años. Todo esto salió a la luz gracias a una denuncia y una investigación exhaustiva por parte de la Guardia Civil. Este hombre, que parecía tener todo bajo control, contaba con enlaces marroquíes que le facilitaban sus ‘clientes’. La mayoría eran jóvenes migrantes, con sueños y esperanzas, pero atrapados en la irregularidad.
Una red tejida con secretos
Lo más sorprendente es cómo estos contactos se organizaron. A través del boca a boca, informaban a otros compatriotas sobre esta oportunidad de obtener el padrón, claro está, a cambio de un precio que todavía está bajo investigación. Desde noviembre de 2023, el número de personas que acudieron al servicio del funcionario fue creciendo como una bola de nieve; todos querían regularizar su situación. Él se movía discretamente después del trabajo hacia el edificio Can Ques y allí, en las oficinas de Estadística, les incluía en el censo del Ministerio.
Lo curioso es que este hombre no lo hacía todo junto. Más bien actuaba como un director de orquesta, incorporando poco a poco a cada interesado. Las autoridades siguen recabando información sobre este asunto y aunque no se sabe exactamente cuánto cobraba por sus servicios irregulares, se descarta que superara los 500 euros. El pasado viernes 12 de septiembre, el Ajuntament d’Alcúdia tomó cartas en el asunto y dio de baja a las 430 personas cuyos nombres estaban asociados con este funcionario detenido. La comunidad ahora espera respuestas y justicia ante este escándalo que pone en entredicho muchas cosas.

