Era un día cualquiera en Andratx, alrededor de las 12 del mediodía, cuando un camión de catering decidió dar un giro que lo cambiaría todo. Intentando acceder al Camí de Can Matinada, cerca del bullicioso núcleo de S’Arracó, el conductor se encontró con un pequeño gran problema: su enorme vehículo quedó completamente encallado.
La historia comenzó cuando el camión avanzaba por la carretera en dirección a Andratx. Todo parecía ir bien hasta que llegó a una cuesta y, al intentar girar hacia ese camino de tierra, el peso del camión jugó una mala pasada. Dos de sus ruedas quedaron atrapadas en el terraplén que separa la carretera del camino, como si dijera: “¡Aquí no pasas!”.
Tráfico y nervios a flor de piel
La situación pronto se volvió caótica. Con un tráfico denso debido a la hora punta, los coches que iban hacia Sant Elm comenzaron a acumularse detrás del camión varado. Fue entonces cuando la Policía Local d’Andratx entró en acción; rápidamente llegaron para regular el paso y evitar cualquier accidente más grave. Los agentes colocaron conos para señalizar lo ocurrido y permitieron el tránsito intermitentemente.
Afortunadamente, tras algunos momentos tensos y maniobras precisas, el asunto fue resuelto sin necesidad de atención médica. No hubo heridos ni siniestros que lamentar; solo una anécdota más para contar sobre las curiosidades del día a día en nuestras carreteras.