Era un 3 de enero de 1987, una fecha marcada por una nevada histórica que cubría de blanco la bella Mallorca. En medio de ese paisaje invernal, Detlev Gummelt, un músico alemán que había encontrado su hogar en la isla, decidió salir a explorar la Serra. Nadie podía imaginar que ese paseo se convertiría en una auténtica pesadilla, ya que jamás regresó.
Con apenas treinta años, Detlev les dijo a sus amigos que iba a perderse unas horas en la montaña, aprovechando la nieve fresca del Puig Major y sus alrededores. Sin embargo, lo más inquietante llegó cuando nadie presentó denuncia por su desaparición hasta nueve días después. Normalmente, las familias esperan al menos 24 horas para dar el aviso a las autoridades, pero aquí el tiempo se estiró como un chicle; el silencio fue preocupante.
Un misterio rodeado de amistad y búsqueda
Pronto, su caso tomó fuerza mediática gracias a la extraña naturaleza de su ausencia. Los periódicos locales no dejaban de hablar sobre él y resaltaron la singular atención que recibía por parte de varias mujeres cercanas; aunque estaba casado, esas amistades estaban dispuestas a ayudar e investigar. Una violinista estadounidense llamada Miriam fue una testigo clave y una empresaria local organizó búsquedas paralelas cuando parecía que las oficiales se quedaban cortas.
Mientras tanto, los agentes trataban de reconstruir su vida en Mallorca para encontrar pistas sobre posibles enemigos o conflictos. El tiempo pasó y el 3 de mayo todo cambió: un cuerpo sin vida apareció despeñado cerca de la Torre de ses Ànimes en Estellencs. Vestía vaqueros y zapatillas deportivas y el estado del cadáver indicaba que llevaba meses ahí; así que todos comenzaron a temer lo peor.
Aquel hallazgo generó rumores: ¿sería Detlev? Lamentablemente no era él. Aún así, había algo inquietante: el cuerpo tenía fracturas extrañas y parecía haber sido torturado antes de ser arrojado al abismo. Aunque se descartó rápidamente cualquier conexión con Detlev, esta muerte también revivió viejas historias relacionadas con otros crímenes oscuros en Mallorca.
Poco después del descubrimiento del cadáver ajeno, los esfuerzos para encontrar a Detlev se fueron apagando poco a poco. Sus seres queridos comenzaron a resignarse ante lo inevitable mientras preguntas angustiosas llenaban el aire: ¿Qué le sucedió realmente al joven aventurero? ¿Se encontró con alguien inesperado o simplemente fue víctima del destino entre aquellas montañas nevadas?