La historia que nos llega desde Llucmajor no deja indiferente a nadie. El pasado viernes, en plena mañana, un agente de la Policía Local se convirtió en el salvador de un hombre que, desvanecido en la puerta de un hotel del Arenal, luchaba por su vida. La escena era desgarradora: un brasileño de 34 años se desplomó, víctima de lo que resultaría ser una explosión interna provocada por bellotas de cocaína.
Todo sucedió alrededor de las 11:00 horas. Mientras el policía patrullaba la zona, se encontró con el hombre tendido en el suelo y convulsionando. Sin pensarlo dos veces y al mismo tiempo que alertaba a los servicios médicos, empezó a realizar maniobras de reanimación. Fueron quince minutos eternos donde cada segundo contaba y donde su intervención fue crucial para mantener la chispa de vida encendida.
Una llamada a la acción
A la llegada del equipo sanitario, ya estabilizado, el joven fue trasladado rápidamente al hospital Son Llàtzer. Allí le hicieron varias pruebas y descubrieron que llevaba su estómago lleno de droga; una bellota había explotado dentro de él, parando su corazón en seco. Los médicos señalaron claramente al agente como pieza clave para salvarle la vida; sin él, las cosas podrían haber tenido otro desenlace.
Hoy en día, este hombre sigue luchando por su vida en la UCI mientras la Guardia Civil sigue muy atenta a su evolución. ¿Qué nos dice esta historia? Que hay momentos donde lo inesperado puede cambiarlo todo y donde incluso aquellos que parecen estar atrapados en situaciones desesperadas pueden recibir una segunda oportunidad gracias a actos valientes y decididos.