Era un caluroso 13 de agosto de 1980, un día que prometía diversión al aire libre para seis amigos alemanes que, con sus motos listas para el motocross, decidieron colarse en una finca privada en Felanitx. No tenían permiso, claro está, pero eso no les detuvo. Sin embargo, lo que iba a ser una jornada de risas se tornó en tragedia cuando el guarda jurado, Guillermo T.S., al verlos, perdió los nervios.
¿Qué pasó realmente? El vigilante intentó asustar a los motoristas con un disparo “hacia la derecha y hacia abajo”, según su propia versión. Pero esa bala no fue simplemente una advertencia; alcanzó a Gunter Otto Herrer, un joven de solo 22 años que cayó al suelo dejando un charco de sangre tras de sí. Mientras tanto, sus cinco compañeros optaron por huir aterrados. ¿Por qué dejaron a Gunter agonizando?
El doloroso desenlace
El grupo se dispersó rápidamente buscando salir del lugar donde habían entrado sin pensar en las consecuencias. Guillermo continuó su ronda sin imaginar la gravedad del incidente hasta que finalmente encontró el cuerpo sin vida de Otto. Las autoridades llegaron rápidamente y comenzaron a investigar lo sucedido, mientras las preguntas flotaban en el aire: si Otto hubiera recibido atención médica pronto, tal vez habría sobrevivido.
La Fiscalía pidió doce años de cárcel para el guarda por homicidio. Sin embargo, él siempre defendió que todo fue un accidente; su intención nunca fue hacer daño. Y aún queda esa pregunta angustiante: ¿por qué los amigos no hicieron nada por ayudarlo? Una historia trágica que sigue resonando y nos deja pensando sobre la responsabilidad y las decisiones tomadas en momentos críticos.