Este fin de semana, los vecinos de Palma no podían más. El ruido descontrolado proveniente de una casa en el Camí de Sa Siquía era simplemente insoportable. Después de recibir varias llamadas quejándose del jaleo, la Policía Local decidió actuar. Y vaya si lo hicieron.
Varios agentes, entre ellos una Patrulla Verde y el equipo de la Unidad de Seguridad Integral (USEI), se dirigieron al lugar con la misión clara: desmantelar lo que parecía ser una auténtica fiesta ilegal. Al llegar, confirmaron lo que ya muchos sospechaban; no había licencia alguna para celebrar tal evento. Sin permiso, sin seguro y, por supuesto, sin respeto hacia los vecinos que solo querían dormir.
Un riesgo innecesario para todos
Las autoridades rápidamente pusieron fin a la celebración y comenzaron a redactar las denuncias correspondientes para aquellos organizadores temerarios. ¿Qué se creen?, parece que piensan que las fiestas pueden hacerse sin consideración alguna por los demás. Además del ruido insoportable, estaban poniendo en peligro a todos los asistentes al no contar con las licencias necesarias.
Es un recordatorio más de cómo algunos intentan aprovecharse del ocio sin pensar en las consecuencias para su comunidad. La Policía hizo bien en intervenir y demostrar que este tipo de comportamientos no tienen cabida en nuestra sociedad. Ahora solo queda esperar que esta sea una lección aprendida y que nunca más tengamos que enfrentar situaciones así.