La historia que nos llega desde Peguera no puede dejar a nadie indiferente. Un hombre, de 35 años y nacionalidad holandesa, ha sido detenido por la Guardia Civil tras agredir a su propia hija, una niña de apenas 12 años, en un sótano oscuro de un restaurante local. Los hechos se produjeron en la madrugada del pasado 13 de agosto en La Tasca Flamenca, situada en el Bulevar.
A las dos y media de la mañana, una mujer, testigo de la escena, se armó de valor y llamó a las autoridades para informar sobre lo ocurrido. Sin embargo, cuando los agentes llegaron al lugar, el restaurante estaba cerrado. No fue hasta más tarde que la mujer volvió a ponerse en contacto con ellos para explicar que el agresor estaba cerca de su casa.
Un desenlace inquietante
Al regresar al sitio indicado por la testigo, los guardias civiles se encontraron con un hombre que intentaba escapar. Su actitud era sospechosa y el olor a alcohol era inconfundible. Al entrevistarse con él, notaron que tenía problemas para hablar y mantenerse en pie. Lo revisaron y encontraron una navaja y utensilios relacionados con drogas en su posesión.
Lo más alarmante fue descubrir que esta pequeña había llegado desde Holanda para pasar unos días con su padre. Cuando lograron localizarla en una habitación del sótano junto a la testigo, los agentes se dieron cuenta del horror: presentaba un golpe en la frente y varios hematomas por toda la espalda. Inmediatamente fue llevada a un centro médico para recibir atención.
La situación se complica aún más al saber que la madre de la menor está en Países Bajos y ahora la Fiscalía de Menores debe intervenir. La pequeña necesita protección urgente mientras espera que su madre pueda hacerse cargo nuevamente de ella. Este es solo un ejemplo más del lado oscuro que puede ocultar unas vacaciones familiares.