En una calurosa tarde del 15 de agosto, un hombre de 32 años y nacionalidad española decidió que la carretera era su pista de carreras. Con el pie a fondo y la cabeza en otro sitio, este conductor perdió el control de su coche en plena calle Aragón, estrellándose contra una estación de BiciPalma. La imagen es impactante: no solo arrasó con un cartel informativo, sino que también destrozó uno de los anclajes y aplastó una bicicleta. ¿Qué pasó para llegar a esto?
Una irresponsabilidad inaceptable
La Policía Local no tardó en llegar al lugar tras recibir el aviso de un testigo. Al someter al individuo a la prueba de etilometría, la situación se tornó aún más grave: ¡0,91 mg/l en aire espirado! Casi cuatro veces lo permitido. Esto no es un simple desliz; es una imprudencia que podría haber terminado en tragedia. Aunque no fue detenido, sí le comunicaron que está bajo investigación por conducción negligente bajo los efectos del alcohol.
Afortunadamente, nadie resultó herido en este incidente desafortunado. Pero la escena deja claro algo: no podemos seguir tirando a la basura nuestras calles por culpa de conductores irresponsables. El vehículo fue retirado por una grúa municipal y las cosas volvieron a la normalidad… al menos hasta el próximo imprudente al volante.