Cosme Bernat Brull, un taxista de Palma, vivió una situación angustiosa el pasado sábado 2 de agosto mientras cumplía con su trabajo. Eran alrededor de la 1:30 de la madrugada cuando circulaba por el paseo marítimo, justo frente al Hard Rock Café. En ese momento, tres jóvenes, entre ellos dos hombres y una mujer, se acercaron para subir a su taxi. Sin embargo, al notar que uno de ellos estaba claramente ebrio, Cosme decidió no llevarlos.
Lo que debería haber sido una negativa normal se tornó en un enfrentamiento. El joven borracho no aceptó la decisión y le lanzó un puñetazo en la cara a Cosme, incluso llegó a arrancarle la maneta del conductor. «No sabía cómo actuar», compartió el taxista con voz temblorosa. Intentó explicarle que no podía dejarle subir en ese estado y lo que recibió fue más agresividad. Afortunadamente, los otros dos lograron separarlos.
Una historia repetida
Decidido a alejarse del problema, Cosme volvió a su taxi. «Yo solo quería irme», insistía mientras recordaba esos momentos tensos. Pero el destino tenía otros planes; se vio obligado a parar en un semáforo en rojo muy cerca del altercado y allí lo alcanzó nuevamente el agresor, quien le arrancó con rabia la maneta de la puerta del copiloto.
Desesperado, Cosme llamó al 091 para que llegara una patrulla y pudiera ayudarle a encontrar al atacante. Sin embargo, tras varias horas sin noticias concretas, decidió recurrir a las redes sociales para difundir imágenes del joven buscando ayuda ciudadana para identificarlo.
Su esfuerzo dio resultado cuando los padres del agresor se pusieron en contacto con él días después pidiendo disculpas y ofreciendo asumir los daños si retiraba la denuncia. «Me dio un ataque de ansiedad y tuve que terminar mi jornada laboral», confesó Cosme visiblemente afectado.
Lo más triste es que estas situaciones son comunes en su día a día como taxista, sobre todo durante la temporada alta turística. «No es la primera vez que pasa algo así», lamenta recordando otro incidente donde también sufrió una agresión similar hace unos meses cuando un cliente le escupió tras una discusión. La investigación sigue abierta mientras se plantea qué hacer con esa denuncia y cómo reparar los daños ocasionados.