Era una noche cualquiera en Playa de Palma, donde el murmullo del mar se mezclaba con las risas de los turistas. Pero lo que debería haber sido un momento tranquilo se convirtió en una pesadilla para una joven. El 11 de agosto, un turista alemán de tan solo 23 años decidió cruzar una línea que jamás debió traspasar. Se coló en la habitación de hotel donde dormía una chica y comenzó a tocarla mientras ella soñaba sin saber lo que estaba sucediendo.
La chica, al despertar sobresaltada, encontró al extraño sentado a su lado acariciándole la pierna. En ese instante, el corazón le dio un vuelco y su novio, también presente en la cama, despertó alarmado. Juntos lograron sacar al intruso de la habitación y notaron cómo este desaparecía hacia el cuarto contiguo.
Una reacción rápida ante el peligro
Cuando los agentes de la Policía Local llegaron al lugar tras ser alertados por los afectados, no perdieron tiempo. Hablaron rápidamente con la pareja asustada y fueron directos a investigar la habitación vecina. Allí encontraron al sospechoso aún aturdido, quien intentó justificar su presencia alegando que no sabía cómo había llegado hasta allí ni si había tocado a la joven.
No obstante, los policías pronto se dieron cuenta de que entre las terrazas solo había una pequeña mampara separándolas; era evidente que este era el camino más probable para acceder a la habitación ajena. Por todo esto, el hombre fue detenido como presunto autor de un delito de agresión sexual y allanamiento de morada.
Es inaceptable que estas situaciones sigan ocurriendo. Todos merecemos disfrutar nuestro tiempo libre sin miedo ni preocupación por nuestra seguridad.