La jueza del Juzgado de Instrucción número 3 de Manacor ha tomado una decisión que ha dejado a muchos boquiabiertos: el detenido por la muerte violenta ocurrida el pasado 8 de agosto, podrá salir en libertad provisional. Aunque se le han retirado el pasaporte y tiene prohibido abandonar la isla, esta resolución ha generado un mar de dudas entre los vecinos que aún recuerdan la conmoción que causó el hallazgo del cadáver.
El hombre, un moldavo de 47 años, llegó esta mañana al juzgado bajo la custodia de la Policía Nacional. Fue arrestado en un tiempo récord gracias a una rápida intervención conjunta con la Policía Local. La historia comienza cuando una mujer encontró el cuerpo sin vida y alertó a emergencias; tan solo ocho horas después, el sospechoso era detenido. Inicialmente acusado de homicidio, ahora enfrenta cargos por lesiones, un cambio significativo que ha sorprendido a más de uno.
Un giro inesperado en la investigación
Los primeros indicios sugerían que ambos hombres habían estado bebiendo y que una discusión había terminado en tragedia cuando el arrestado agredió a su compañero con una barra de hierro. Sin embargo, lo que revelaron las indagaciones posteriores fue completamente diferente. Según el informe policial más reciente, la víctima rumana, de 50 años, regresó a casa tras haber sufrido heridas visibles y murió al día siguiente. Lo inquietante es que su compañera también enfrenta cargos por omisión del deber de socorro.
A medida que se desarrollan los acontecimientos, nosotros como comunidad nos preguntamos: ¿hasta dónde llega nuestra seguridad? Este caso no es solo otro titular; es un recordatorio escalofriante de las realidades ocultas detrás de cada tragedia.