La mañana del 31 de julio nos dejó una escena difícil de creer. En la carretera del Dique del Oeste, un camión de gran tonelaje se convirtió en el protagonista involuntario de una situación que podría haber tenido consecuencias mucho más graves. Agentes de la Policía Portuaria se dieron cuenta de que el conductor, un hombre español de 50 años, había colisionado suavemente contra una barrera de control. No hubo daños materiales, pero lo que vino después fue aún más alarmante.
Una prueba que dejó boquiabiertos a todos
Cuando los policías pidieron al hombre que se bajara del camión, la situación empezó a tomar un giro preocupante. Apenas podía mantenerse en pie y presentaba claros signos de embriaguez. ¿Qué haríamos nosotros en su lugar? Le retiraron las llaves del vehículo y llamaron a sus compañeros de la Policía Local para hacerse cargo. La Unidad Motorizada (UMOT) llegó rápidamente y realizó una prueba de alcoholemia; el resultado fue escalofriante: 1,17 miligramos por litro de aire espirado, ¡octuplicando el límite legal!
Para ponerlo en perspectiva, para conductores profesionales como él, el máximo permitido es solo 0,15 mg/l. Esta historia no acaba aquí: aunque fue informado como investigado por un presunto delito contra la seguridad vial, su camión quedó bajo responsabilidad de su empresa mientras se remite todo a la autoridad judicial. Es un recordatorio brutal sobre los riesgos que corremos todos cuando alguien decide tirar a la basura las normas básicas de seguridad al volante.