La noche del martes, las calles de Palma se convirtieron en el escenario de una historia que parece sacada de una película. Todo comenzó alrededor de las 23:45 en la calle Reyes Católicos, donde un Opel Crossland, que había sido robado en Playa de Muro, se estrelló contra una furgoneta estacionada. El estruendo del impacto no solo hizo vibrar los cristales cercanos, sino que también despertó la curiosidad y preocupación de varios vecinos.
Una persecución inesperada
Entre ellos estaba B.M., un policía fuera de servicio que no dudó en actuar al ver cómo los ocupantes del coche accidentado recogían sus pertenencias y echaban a correr. Sin pensarlo dos veces, decidió seguirlos. El corazón le latía fuerte mientras corría por las calles de Palma, hasta que logró dar alcance al conductor con la ayuda de un vecino solidario.
No obstante, cuando B.M. pensaba que todo había acabado, el detenido intentó escapar golpeándolo en un dedo. A pesar del dolor y la sorpresa, el agente mantuvo la calma y consiguió inmovilizarlo hasta que llegó una patrulla. ¡Vaya situación!
A medida que los agentes de la Unidad Nocturna (UNOC) llegaban al lugar, se dieron cuenta de que este individuo no solo estaba bajo los efectos de sustancias estupefacientes, sino que además carecía de permiso para conducir. Al verificar la matrícula del vehículo siniestrado, se confirmaron sus sospechas: el coche había sido reportado como robado esa misma mañana por su legítimo dueño.
Y así es como terminó esta inusual noche para algunos: con un ladrón detrás de las rejas y una comunidad más alerta ante lo inesperado.