Era un día cualquiera en Andratx, cuando un hombre de unos 40 años se encontraba disfrutando de su paseo en moto. Circulaba con su Vespa GTS 300, sintiéndose libre y confiado, hasta que una abeja decidió hacer su aparición estelar. A eso de la una de la tarde, mientras recorría la carretera de Capdellà, recibió una picadura que cambiaría por completo el rumbo de su jornada.
La reacción fue instantánea. Al ser alérgico a las picaduras, perdió el control de su moto y terminó cayendo al suelo. Fue un momento angustioso, no solo para él sino para todos los que pasaban por allí. Afortunadamente, la Policía Local estaba a escasos 200 metros; en cuestión de minutos llegaron varias patrullas para atenderlo.
Rápida respuesta ante la emergencia
La situación era crítica: el hombre había perdido momentáneamente la consciencia. Pero no estaban solos; dos ambulancias del 061 llegaron al rescate y lograron estabilizarlo antes de llevarlo al centro de salud más cercano. Tras recibir atención inicial, fue trasladado al Hospital Universitari de Son Espases, donde esperemos que se recupere pronto.
A veces, lo más inesperado puede alterar nuestro día a día y recordarnos lo frágil que es la vida. Esperamos que este incidente sirva como un llamado a estar atentos a las pequeñas cosas que nos rodean y a cuidar siempre nuestra salud.