La tranquilidad de Cala d’Or se vio interrumpida por una noticia que no deja indiferente a nadie. Cuatro personas, tres hombres y una mujer, fueron detenidas por la Guardia Civil tras ser sorprendidos robando teléfonos móviles en las playas. La situación es alarmante: estos delincuentes formaban parte de una banda itinerante que aprovechaba el descuido de los bañistas para llenar sus bolsillos.
Un operativo bien orquestado
La historia comienza cuando varias denuncias sobre hurtos empiezan a llegar a la Guardia Civil. Gracias a la colaboración de los afectados y un trabajo minucioso, las autoridades logran identificar a estos presuntos ladrones. No se trataba solo de unos simples oportunistas; estaban organizados y sabían exactamente cómo actuar.
Con astucia, montaron un operativo en las áreas donde se sospechaba que operaban con más frecuencia. Y su esfuerzo dio frutos: un vehículo fue localizado en Campos, donde viajaban los cuatro individuos con objetos robados en su poder. Cuando los agentes revisaron el coche, se encontraron con nada menos que 17 teléfonos móviles de alta gama escondidos bajo materiales aislantes para evitar ser rastreados.
No solo eso, también había gafas de sol, bolsos elegantes y tarjetas de crédito que seguramente habían sido sustraídas junto al efectivo que alcanzaba más de 700 euros. Así fue como este grupo fue detenido como presuntos autores de un delito continuado de hurto y pertenecientes a una organización criminal.
Cala d’Or no debería ser un escenario para estas prácticas delictivas; es hora de tomar conciencia y estar alerta ante situaciones como esta.