Imagina disfrutar de un día soleado en la Playa de Palma, cuando de repente, todo se convierte en una pesadilla. Eso les ocurrió a unos turistas el pasado 24 de julio. Mientras se refrescaban en el agua, un hombre argelino de 23 años decidió que era el momento perfecto para hacer de las suyas y robarles sus pertenencias.
Todo comenzó cuando unos jóvenes alertaron a los bañistas sobre un ladrón que había estado merodeando. Con la adrenalina al máximo y la preocupación por lo que podían haber perdido, las víctimas decidieron actuar. Tras una pequeña búsqueda, lograron localizar al sospechoso, pero lo que siguió fue inesperado. Al confrontarlo, este sacó una botella rota y agredió a uno de ellos, causándole cortes en el torso y el antebrazo que requirieron puntos de sutura.
Una respuesta rápida ante la violencia
Afortunadamente, algunos testigos grabaron todo en vídeo, lo cual facilitó su identificación por parte de las víctimas. No solo se trataba del robo; ahora también había un delito más grave: lesiones. La Policía Local no tardó en actuar y detuvo al hombre por estos dos delitos mientras registraban sus pertenencias. En ese proceso encontraron documentación robada, tarjetas de crédito y hasta tres teléfonos móviles; todo ello sumando un valor aproximado de 860 euros.
Es increíble cómo un día que prometía ser divertido terminó con miedo e inseguridad. Lo cierto es que esto nos deja claro que debemos estar siempre alerta; nadie debería tener que vivir algo así durante sus vacaciones.