Una noche de fiesta que debería haber sido inolvidable se convirtió en una pesadilla para una joven suiza de 24 años. Mientras disfrutaba de su estancia en la isla, el pasado jueves decidió salir a bailar al Paseo Marítimo, donde todo parecía perfecto, hasta que la realidad le dio un golpe duro.
Era la madrugada del 24 de julio cuando, en medio de la música y las luces, conoció a dos chicos. La diversión no tardó en desvanecerse; cuando intentó seguir la fiesta en otro local, uno de ellos decidió acompañarla. Pero lo que comenzó como una simple salida pronto se tornó oscuro.
Un giro inesperado
Mientras caminaban por las escaleras de Calle de Aigua Dolça, este chico comenzó a sobrepasar los límites, besándola y tocándola sin su consentimiento. Ante su negativa rotunda, el ambiente cambió drásticamente: él la empujó al suelo y le robó sus pertenencias: cartera, bolso y un teléfono móvil de gama alta.
La valentía de esta joven brilló incluso en medio del miedo. Sin pensarlo dos veces, decidió perseguirlo y logró agarrarle parte de la camiseta y unas gafas antes de que él desapareciera entre las sombras. Sin sus cosas, pero con determinación, usó un móvil prestado por unos estudiantes para llamar a su madre en Suiza. Ella contactó rápidamente con el abuelo que vive en Mallorca para ayudarla.
Juntos fueron a la comisaría a interponer una denuncia mientras la Policía Nacional inicia ya las investigaciones pertinentes. Este tipo de situaciones nos recuerdan lo frágil que puede ser nuestra seguridad incluso en momentos destinados al disfrute. Esperamos que se haga justicia pronto.