La noche del 7 de julio, dos jóvenes bilbaínos que disfrutaban de sus vacaciones en Mallorca vivieron un auténtico infierno. Mientras paseaban por Inca, un grupo de desconocidos les abordó pidiéndoles dinero. «Nos pidieron dinero y nos dieron puñetazos y un mordisco», recuerda uno de ellos, con la voz aún temblorosa tras lo ocurrido.
Una agresión inesperada
Era aproximadamente la tres de la madrugada cuando el horror se desató. Un viejo Mercedes, con llantas blancas y un tubo de escape modificado, se detuvo junto a ellos. Cuatro personas estaban dentro: tres hombres y una mujer. Cuando los chicos se negaron a darles nada, el coche dio media vuelta para volver a detenerse frente a ellos.
De repente, tres hombres salieron del vehículo. Uno de ellos era bajo y regordete, con camiseta negra; otro, alto y flaco con perilla; y el tercero llevaba un jersey blanco y parecía rubio teñido. Mientras la mujer chillaba desde dentro del coche, los hombres no dudaron en atacar.
El copiloto empezó a golpear a uno de los chicos con varios puñetazos en la sien e incluso le mordió el codo para que soltara su teléfono móvil. Los otros dos no se quedaron atrás y empezaron a propinar patadas hasta que uno de los jóvenes perdió el conocimiento.
A raíz de esta feroz agresión, ambos fueron trasladados al hospital con múltiples contusiones. Lo peor es que solo querían disfrutar del sol mallorquín porque el padre de uno reside allí.
Con miedo pero decididos a hacer justicia, han denunciado lo sucedido ante la Guardia Civil, quienes ya están investigando para dar con estos agresores que arruinaron su verano. Es triste ver cómo unas vacaciones pueden convertirse en una pesadilla por unos delincuentes sin escrúpulos.