En la noche del 5 de julio, Palma fue escenario de un suceso que nos deja sin aliento. Eran alrededor de las 22:00 horas cuando una mujer se encontraba realizando gestiones en un cajero automático, ajena a lo que estaba a punto de suceder. De repente, tres hombres se acercaron a ella; uno de ellos, con una actitud despreciable, decidió levantarle la falda y comenzó a manosearla. Un acto totalmente inaceptable.
Intervención rápida ante la agresión
La víctima, sintiendo el horror y la vulnerabilidad que esta situación le provocaba, no dudó en pedir ayuda. Con un valiente llamado, logró atraer la atención de un agente que regulaba el tráfico cercano. Este rápidamente pidió refuerzos y, afortunadamente, otras patrullas llegaron al lugar justo a tiempo para interceptar al agresor.
El hombre marroquí de 27 años fue detenido junto con sus dos acompañantes en la misma plaza donde ocurrió todo. La mujer identificó sin titubear al presunto atacante mientras aseguraba que los otros dos no habían tenido parte alguna en el asalto. A su lado estaba un testigo que también corroboró su versión, dejando claro que la valentía de esta mujer había valido la pena.
La Policía Local tomó cartas en el asunto y esa misma noche se interpuso una denuncia formal. Tras realizar las diligencias iniciales correspondientes, el detenido fue trasladado a dependencias de la Policía Nacional para continuar con el proceso legal pertinente. Una historia que podría haberse convertido en algo aún más trágico si no hubiera sido por la rápida respuesta de quienes estaban cerca.