El pasado 30 de junio, una escena inesperada tuvo lugar en la barriada de Bons Aires. En medio de un control rutinario de vehículos de movilidad personal, un joven español de 24 años decidió desafiar a las autoridades montado en su patinete eléctrico. No llevaba casco y, además, circulaba por la acera como si nada. Cuando los agentes le dieron el alto, él hizo caso omiso y siguió su camino hacia la plaza Santa Pagesa.
Una confrontación que no se olvidará fácilmente
Pero ahí no terminó la historia. Al ser interceptado nuevamente por otro policía, el chico se negó a identificarse y lanzó amenazas graves hacia los agentes: “Cuando no estéis de servicio, ya veréis”, dijo con una actitud desafiante. Las palabras del joven reflejaron una falta total de respeto hacia quienes intentan mantener el orden en nuestras calles.
Finalmente, fue detenido por desobediencia grave y amenazas. Además, se le denunciaron varias infracciones de tráfico que había cometido durante su alocada travesía. Su patinete pasó a ser parte del inventario municipal tras ser inmovilizado. ¿Qué nos está pasando? Esta anécdota pone sobre la mesa un problema más amplio: el respeto y la responsabilidad que debemos tener todos como ciudadanos.