En una tarde que prometía ser tranquila, la Guardia Civil hizo su aparición en Llucmajor y se llevó por delante la calma del lugar. Un hombre de 43 años, originario de Senegal, fue detenido justo frente a una asociación cannábica. ¿La razón? Dos teléfonos móviles robados que llevaba consigo, provenientes nada menos que de Playa de Palma.
Todo comenzó cuando el sospechoso, al notar la presencia de los agentes, cambió de actitud y trató de salir del sitio como si le persiguieran sombras. Pero la rapidez no siempre es la mejor estrategia; los agentes lo interceptaron antes de que pudiera escapar. Al revisar sus pertenencias, encontraron tres smartphones envueltos en papel de aluminio, como si intentara ocultar algo muy valioso.
Una historia llena de giros
El hombre intentó justificar su situación alegando que había recibido los teléfonos como un regalo de un desconocido. Pero esa versión no tardó en desmoronarse; enseguida cambió el relato y mencionó a un ciudadano rumano que le había pedido venderlos. Sin embargo, los mensajes en alemán visibles en las pantallas bloquearon cualquier intento de engaño.
Los agentes no se quedaron ahí y consultaron el número IMEI. La sorpresa llegó cuando descubrieron que dos de esos dispositivos figuraban como sustraídos en Playa de Palma. Así fue como este hombre pasó a ser considerado presunto autor de un delito de receptación. En fin, otro episodio más que nos recuerda cómo la vida puede dar giros inesperados y llevarnos a situaciones complicadas.