La noche del pasado domingo se tornó oscura en una conocida discoteca de Santa Catalina, en Palma. Un hombre, que no dudó en invadir la privacidad de varias mujeres, fue detenido por la Policía Nacional tras ser sorprendido grabando desde los aseos. La historia comienza con una mujer que, al percatarse de lo que estaba sucediendo, decidió ponerle un alto. «¡Oye! ¿Qué te crees haciendo?», le gritó al sospechoso.
Una broma muy peligrosa
No solo ella se dio cuenta; otras dos mujeres se unieron a la causa y rápidamente informaron sobre el acoso a seguridad del local. Ante esta situación, los agentes del Grupo de Atención al Ciudadano llegaron al lugar y escucharon con atención las declaraciones de las víctimas. Al localizar al hombre, este admitió su culpa: “Era solo una broma”, dijo mientras entregaba su móvil como si eso pudiera excusar su comportamiento.
Pero la realidad era otra: el teléfono contenía numerosos vídeos de mujeres grabadas sin su consentimiento. Así, el presunto autor de un delito contra la intimidad fue arrestado y llevado para unas gestiones más profundas. Los investigadores no tardaron en entrar a su casa, donde incautaron un ordenador portátil, varios dispositivos USB y CDs que podrían contener más pruebas incriminatorias.
A medida que avanza esta investigación, todos nos preguntamos: ¿hasta dónde llega la falta de respeto hacia las mujeres? Este tipo de actitudes son intolerables y debemos unirnos para hacer frente a quienes creen que pueden jugar con la intimidad ajena sin consecuencia alguna.