Entre las primeras luces del día y el murmullo del puerto de Alcúdia, un acto desalmado ha dejado a más de uno con la boca abierta. Al menos cinco vehículos, entre ellos algunos pertenecientes a miembros de la Policía Local que estaban en Menorca por las festividades de Sant Joan, han sido objeto de un vandalismo sin precedentes. Todo ocurrió entre este lunes y miércoles, cuando esos coches, aparcados en una calle marcada como «solo residentes», aparecieron hechos un desastre: rayones por doquier y daños visibles en toda la parte derecha.
«Al principio pensamos que era casualidad, pero al hablar con otros compañeros nos dimos cuenta de que a todos les había pasado lo mismo», comenta Joan Toni, uno de los agentes afectados. Y no solo eso: su coche tenía un neumático pinchado y una serie de marcas espirales recorriendo el lateral derecho. Un panorama bastante preocupante para aquellos que simplemente habían hecho su trabajo.
Un ataque premeditado
La sorpresa llegó al regresar a Mallorca tras cumplir con su deber en Ciutadella. Los daños eran alarmantemente similares: profundas rayaduras, probablemente provocadas por algún objeto punzante como un destornillador o una barra de acero. En esa calle tan tranquila, donde apenas hay siete u ocho viviendas, no hay cámaras ni testigos que pudieran arrojar luz sobre lo ocurrido.
La Policía Local ya ha tomado cartas en el asunto e iniciado una investigación al respecto. Se han identificado los vehículos afectados y recogido toda la información posible del área, aunque por ahora no hay pistas sobre quién podría estar detrás de este acto vandálico.
A medida que se desarrolla esta historia inquietante, surge una preocupación palpable entre los cuerpos de seguridad: ¿quién se atreve a atacar así a quienes velan por nuestra seguridad? Y lo más inquietante es que estos coches pertenecían a jefes y mandos intermedios; las circunstancias sugieren que puede tratarse de algo más dirigido. Por ahora, todas las hipótesis están sobre la mesa.