En un giro inesperado de los acontecimientos, tres chicos –dos menores y uno de veinte años–, todos ellos del municipio de Manacor, decidieron que sería buena idea robar en la finca de un vecino. Así, bajo el manto de la oscuridad, entraron en acción. Con un poco de fuerza y mucha desidia, rompieron una ventana para colarse dentro. Lo que sucedió después es digno de una película: revolvieron todo a su paso y se llevaron consigo tres armas: un rifle del calibre 22, una escopeta del 12 y una carabina de aire comprimido.
Detención y recuperación
Al amanecer, la Guardia Civil de Campos recibió el aviso del robo. Rápidamente se movilizaron junto con la Policía Local para investigar lo ocurrido. No tardaron en realizar batidas por la zona y hablar con testigos que pudieran arrojar algo de luz sobre el tema. Pero aquí viene lo mejor: los jóvenes estaban tan seguros de su hazaña que comenzaron a presumir del robo en una parada de autobús cercana.
No pasó mucho tiempo antes de que los agentes los identificaran. Cuando fueron localizados, intentaron deshacerse rápidamente de las armas tirándolas a la calle. Afortunadamente, los policías pudieron recuperarlas sin problemas y devolvérselas a sus legítimos dueños. Al final, estos tres varones acabaron detenidos por un delito claro como el agua: robo con fuerza.