Hoy nos llega la triste noticia del fallecimiento de Enrique Cabellos, un hombre que dejó huella en las calles de Palma. A los 74 años, este excomisario, conocido cariñosamente como ‘el comisario rojo’ por su fuerte compromiso político y social, ha cerrado su capítulo en esta vida. Desde sus inicios en 1980, cuando se unió al Cuerpo de Policía Local, Cabellos se convirtió rápidamente en una figura clave, recordado por su energía y convicciones.
Un legado marcado por la lucha y el activismo
A lo largo de su carrera, Enrique no solo fue jefe de la Policía de Barrio y sindicalista; también se destacó por ser un ferviente admirador de líderes como Fidel Castro. Su trayectoria no estuvo exenta de controversias. Durante sus últimos años en el cuartel, el ambiente se tornó tenso tras el estallido del ‘caso Cursach’, donde las acusaciones cruzadas hicieron mella entre sus compañeros. Sin embargo, siempre mantuvo firme su espíritu activo y comprometido con la causa.
La vida le presentó desafíos inesperados; ya retirado, enfrentó un juicio por corrupción de menores relacionado con la aparición de material delicado en su antiguo despacho. Tras una batalla legal intensa y muchas dudas sobre la validez del proceso, finalmente fue absuelto cuando una jueza consideró irregular la inspección realizada en su casa.
Su muerte ha dejado a muchos conmocionados en el cuartel de San Fernando; pocos sabían que estaba gravemente enfermo. La noticia ha resonado profundamente entre quienes trabajaron a su lado y lo recordarán como un hombre apasionado por sus ideales y siempre dispuesto a defender a los suyos.