La noche del 14 de junio se tornó oscura para una joven que disfrutaba de su tiempo en un local de ocio nocturno en la Platja de Palma. Todo parecía ir bien hasta que un hombre, un austriaco de 32 años, decidió cruzar la línea y levantarle la falda para hacerle una foto sin su consentimiento. Un acto despreciable que fue sorprendido por uno de los vigilantes del establecimiento.
La rápida intervención de la Policía Local
En cuanto el personal de seguridad alertó a las autoridades, los agentes del Grupo de Actuación Preventiva (GAP) se presentaron rápidamente en el lugar. Al llegar, encontraron al sospechoso retenido y con el móvil a mano. Según cuentan, uno de los vigilantes logró tomar una imagen del momento exacto antes que el individuo pudiera escapar. La joven afectada, visiblemente alterada, relató lo sucedido y pidió con urgencia que se eliminaran las fotos tomadas.
Los policías actuaron con rapidez: intervinieron el dispositivo móvil y le explicaron a la víctima sus derechos mientras la acompañaban hacia comisaría para formalizar su denuncia. El agresor no tardó mucho en ser trasladado a dependencias policiales donde quedó bajo custodia hasta que fuera presentado ante un juez. Este tipo de situaciones son inaceptables y cada vez debemos estar más alerta; nadie tiene derecho a invadir nuestra intimidad.