La madrugada del 16 de junio se tornó oscura en Magaluf cuando un incidente brutal sacudió la tranquilidad de la zona. Un joven, que simplemente había decidido disfrutar de una noche de fiesta, terminó tendido en el suelo, semiinconsciente y con una herida que le hacía sangrar profusamente. Todo ocurrió dentro de un local donde el presunto agresor, un chico de 23 años, trabajaba apenas desde hacía un día.
Un altercado que no debió suceder
La escena fue captada por dos agentes de la Guardia Civil que estaban patrullando la zona. Al ver el tumulto y acercarse al lugar, lo que encontraron fue alarmante: un joven malherido necesitaba ayuda urgentemente. Mientras los guardias llamaban a los equipos de emergencia, empezaron a interrogar a quienes habían sido testigos del suceso. Y así descubrieron que el presunto atacante estaba aún dentro del local.
Al entrar al establecimiento, se encontraron con este nuevo empleado que intentó justificar su acto violento. Según contó, todo comenzó por una discusión y terminó con él golpeando al joven con el puño cerrado en pleno rostro. ¿Pero quién se atreve a tomar esa decisión tan drástica? La realidad es que tras ese impacto, la víctima cayó como un muñeco al suelo.
Los servicios sanitarios llegaron rápidamente para estabilizar al herido y trasladarlo al Hospital de Son Espases; ahí quedó ingresado debido a las lesiones sufridas. En cuanto al trabajador agresor, ya ha sido detenido y se enfrenta a graves acusaciones por lesiones. Este episodio nos recuerda lo frágil que puede ser una noche supuestamente divertida y cómo, en un instante, todo puede tornarse trágico.