La Playa de Palma ha sido testigo de una nueva normativa que está dando mucho que hablar. La Policía Local de Palma ha decidido poner manos a la obra y ha comenzado a multar a quienes compran productos a esos vendedores ambulantes que, sin licencia alguna, intentan ganarse la vida en nuestras calles. Un caso reciente ilustra esta situación: un ciudadano se llevó unas gafas de sol de un puesto improvisado y, para su sorpresa, acabó con una sanción económica.
Desde el pasado 26 de mayo, la Ordenanza Cívica en vigor considera la venta ambulante no autorizada como una infracción grave. Pero esto no solo afecta a los vendedores; por primera vez, quienes compren estos productos también podrían verse en problemas. Las multas para los compradores varían entre 100 y 750 euros, dependiendo del caso. ¡Vaya forma de aprender la lección!
Una acción necesaria o un exceso burocrático?
La intervención policial dejó claro que este tipo de comercio no solo daña a los comercios legales establecidos, sino que también puede costarte un buen dineral si decides hacer una compra rápida y sin pensar. En este operativo se decomisaron hasta once pares de gafas como prueba del delito cometido. Todo esto se inscribe dentro de un esfuerzo más amplio por proteger el comercio regulado en la ciudad.
A raíz de estas medidas, el Ayuntamiento ha lanzado una campaña informativa dirigida tanto a residentes como turistas para advertir sobre los riesgos asociados con las compras en la calle. Desde las fuerzas del orden se hace hincapié en que no se trata solo de un tema económico; es una cuestión que afecta a nuestra comunidad y al futuro del comercio local.