El pasado sábado, alrededor de las 11:30 horas, la tranquilidad del Puig de sa Rateta en Escorca se vio interrumpida por un dramático suceso. Un corredor de 53 años sufrió una caída que lo dejó malherido, y la noticia llegó al 112 como un grito de auxilio. Allí estaba él, atrapado entre las rocas, luchando contra el dolor.
Una rápida respuesta ante la adversidad
La Guardia Civil no tardó en movilizarse. Con rapidez y determinación, el Grupo Especial de Rescate e Intervención en Montaña (GREIM) y el Servicio Aéreo llegaron al lugar para hacer frente a esta situación crítica. Cuando los rescatadores localizaron al hombre, se encontraron con un panorama preocupante: una herida sangrante en la cabeza, un dolor intenso en el cuello y varias contusiones que dejaban claro que la caída había sido bastante seria.
A pesar del caos y la angustia del momento, los efectivos actuaron con profesionalidad. Le brindaron los primeros auxilios necesarios antes de colocarle cuidadosamente en una camilla. Pronto estaría volando hacia el hospital Son Espases de Palma para recibir la atención médica que tanto necesitaba.
Momentos como este nos recuerdan lo impredecible que puede ser disfrutar de la naturaleza. Sin embargo, gracias a quienes están siempre dispuestos a ayudar, situaciones difíciles como esta pueden tener un desenlace esperanzador.